LA SOCIEDAD DE LOS ENEMIGOS

LA SOCIEDAD DE LOS ENEMIGOS

Por ManuelMontaño

LA SOCIEDAD DE LOS ENEMIGOS

Recientemente, en una de las universidades de mayor prestigio en Estados Unidos y en el mundo, se libra una discusión acerca de los problemas que subyacen a la pandemia, sobre los fenómenos que se derivan de la crisis de salud, abordándolos desde la óptica de las ciencias sociales y del comportamiento, para tratarnos de explicar que es lo que nos acontece con el recién engendrado resentimiento social producto del comportamiento de la sociedad en relación a la contingencia.

Pero es preciso hacer un análisis en el tiempo...

El hombre del siglo 21 es característico por la conciencia de dominio que ejerce sobre la naturaleza, la técnica y la ciencia; habíamos pasado triunfantes la época de los procesos infecciosos y las enfermedades de propagación por contacto, y luchábamos contra las enfermedades crónico-degenerativas. No obstante, y de manera paradójica es precisamente una infección (virus del sars cov 2) la que nos pone en evidencia y nos ha hecho generar conciencia de lo vulnerable que somos, y que nos ha llevado al confinamiento de casi 70 días; lo complicado del tema del confinamiento, es que, hoy que sabemos que muchas personas pueden ser asintomáticas, que están en contacto en la calle, que huimos del contacto social, hemos vuelto a los demás y vemos en cada persona un enemigo nuestro en potencia, como si los demás tuviésemos que huir, como si los demás fuésemos factores que nos afectan por ser probablemente un agente de infección.

Esta nueva sociedad que se rediseña en una "nueva normalidad en transición", es la sociedad del enemigo, en la que tenemos la necesidad de ser ermitaños por recomendación y vivir alejados de los demás. Y esto es un tema que sugiere una reflexión profundísima, que trasciende a las más altas esferas académicas, del estudio y la investigación, fue precisamente en Harvard y el famoso estudio de 78 años, por parte del Dr. Waldinger "Grant Study", que sugiere que es el contacto y las relaciones sociales lo que nos hace vivir más años y de manera más saludable. En Alemania, otro estudio arroja como resultados que el confinamiento tiene injerencia sobre casi un 50% en la mortandad de las personas que fueron diagnosticadas con el virus, el aislamiento se puede volver un factor mucho más dramático que otros factores sobre la salud, y las sugerencias o recomendaciones de realizar actividades físicas en casa no suplen la necesidad de contacto humano.

De esto se desprende 3 elementos:

LA GRAN DESCONFIANZA: desconfianza hacia el futuro, lo vemos sin luz, algo oscuro, incierto y con miedo, afectando nuestros hábitos de sueño, paradójicamente ya no hay espacio para el descanso, es tal la desconfianza sobre el futuro que se ha multiplicado el tema del insomnio a lo largo de la cuarentena, siendo un factor importante porque nos quita fuerza para afrontar lo que se viene después de la cuarentena.

LA GRAN CONFUSIÓN DE DATOS: Escuchamos datos en un sentido de la pandemia y como debemos de cuidarnos del virus en otro sentido, las redes tienen información totalmente contradictoria y eso genera en las personas confusión, ya desde los antiguos textos de la humanidad se hablaba que los peores castigos para el hombre es precisamente este, el de la confusión, el no saber para dónde ir, el no entender en un momento determinado donde podemos ir o que esperar.

Slavoj Žižek, Un intelectual contemporáneo, desarrolla un punto interesante sobre la pandemia, Cómo hasta ahora una de las horribles cosas que nos están sucediendo es esto de la confusión.

PROCRASTINACIÓN: que quiere decir: no tener fuerza para hacer las cosas. No tener resultados. Lo que ha resultado es que en la ruptura en las rutinas en los tiempos y actividades cotidianas, hace que lo que antes pasaba en un tiempo, hoy se sienta más aletargado, nos cueste más trabajo sostener el día, y eso nos hace sufrir como personas.

También es importante poner un poco de perspectiva histórica, hoy, nos quejamos mucho y pensamos que vivimos un momento muy malo, y, ¡es verdad! Pero en contraste con una persona que haya nacido, por ejemplo en 1900, una persona a los 14 años, vivió la primera guerra mundial. 4 años después, vino la gripe española, con 50 millones de muertos a nivel global, después, a los 29 años de esa persona se enfrentó a la peor crisis económica hasta entonces conocida, que fue la "Gran Depresión," después, a los 45 años, la segunda guerra mundial, y en su madurez en el año 63 la "Crisis de los misiles" donde se esperaba que el mundo, quizás pudiera desaparecer.

Si analizamos de alguna manera, si estamos en un momento de grave crisis, pero no deberíamos de plantearnos que no puedan ser superadas. Y considero que es un extraordinario momento para plantearnos 2 cosas, dos búsquedas;

1.- Búsqueda de la Identidad: buscar conocernos a nosotros mismos. Eso es lo que se ha llamado desde la antigüedad, la virtud de la humildad, saber quién somos y aceptarnos tal cual, avanzamos en el proceso de madurez, y en el proceso de conseguir la felicidad.

2.- Búsqueda de la Felicidad: saber que la felicidad se abre puertas para afuera, que aun a través de una pantalla podemos tratar con los demás, y, que es el momento de entender que no es en las cosas, sino en las personas donde podemos encontrar la solución a nuestros problemas y a nuestras depresiones, y encontrar la plenitud que tenemos como seres humanos.

Lo decía Aristóteles, en la amistad, que es la cumbre de las relaciones humanas.

Es momento de replantearnos muchos paradigmas de vida.

¡Fuerza, el que resiste, vence!

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